El Proyecto
¡Por
fin hoy veré mi proyecto hecho realidad! Fueron largos años de convencimiento,
búsqueda de capital y agotamiento físico. Muchos años donde invertí todo mi
esfuerzo, sin apenas dormir y comiendo poco. Nada me interesaba. En mi mente lo
único que existía era ese Proyecto.
Al
principio, como todo lo nuevo, el rechazo era tremendo. Que era muy costoso,
que no iba a sustituir jamás a lo que existía, en fin, peros y más peros.
Logré convencer a las organizaciones
mundiales que luchaban a favor de un
Mundo mejor. Lo duro fue convencer a los grandes capitales necesarios para una
inversión jamás vista, pues se trataba de billones de dólares. El proyecto era
tentador y estaba avalado por grande eminencias de las distintas tecnologías, nadie
podía rebatir su funcionalidad, pero donde hubo mucha oposición fue en la
inversión y las ganancias que se obtendrían a mediano y largo plazo.
He subido a uno de los cincuenta “trenes”
que recorrerán el parque cada dos horas. Me he situado en el último asiento
para poder apreciar la reacción de los visitantes. Hemos salido, muy despacio,
sin ruido, sólo el que proviene del exterior. Las paredes y el techo de estos
“trenes” son de cristales y los cien asientos están dispuestos en dos filas
frente a los cristales laterales. Es decir los pasajeros se “deslizan” por los
raíles invisibles, de lado, en un movimiento imperceptible.
El tren que he escogido es el que nos
lleva a la zona de los felinos. Cada uno de los trenes lleva a los visitantes a
distintas zonas donde habitan diferentes animales, desde pequeñas aves hasta
grandes mamíferos.
Lo primero que se nos presentó fue varias
hienas, con sus chillidos escalofriantes y enseñándonos sus desgarradores
dientes. El asqueroso olor y la proximidad de ellos nos daba un poco de miedo,
aunque una voz salida, de nadie sabe donde, nos iba explicando todos los
detalles sobre estos repugnantes animales. Después al pasar por entre altos
matorrales, casi tropezamos con una leona y tres cachorros. Estaban al alcance
de la mano. La gente, a pesar del cristal, no se movía, temerosos de que el
animal saltara sobre nosotros. Se levantó y se le acercó un gran león que rugió
fuerte y su rugido hizo erizar la piel de los visitantes. Se podía tocar, si no
fuera por el cristal, su abundante melena. La voz nos explicaba como la madre
se había levantado para defender a sus cachorros y nos daba todos los detalles
de estos felinos, los cuales podían verlos todos.
Así sucedió con los tigres, las panteras,
los leopardos, guepardos, en fin, muchos felinos.
Pasadas
las dos horas nos bajamos del tren y pude apreciar en los visitantes, el éxito
de mi Proyecto, aunque ellos solo habían visto la parte donde la tecnología
punta y aplicadas por primera vez se sumaban a los hologramas logrados con
tanta fidelidad, los sonidos, las luces, la narración y todo aquello que les
pareció real. Desconocían que gracias a este fantástico parque se habían
cerrado cerca de mil zoológicos (reconocidos) del Mundo, millones de animales
fueron devueltos a su hábitat y otros llevados a un programa de adaptación. Los
puestos de trabajos aumentaron y la gente podía apreciar mejor todo lo
concerniente a los animales lo cual nunca se ha logrado en ningún zoológico del
Mundo.
Me
desperté sonriente. ¡Qué lindo sería si fuera realidad!
Pedro
Celestino Fernandez Arregui
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