domingo, 27 de diciembre de 2020

La Mujer del Bolso Rojo


 


                     
                          La Señora del Bolso Rojo

 Marlon era conductor de esa ruta desde hacía tres años. Casi siempre las mismas caras en un recorrido monótono solo interrumpido por las mismas paradas. Además, él había pedido el turno de noche por su “tranquilidad”.

Un lunes por la noche subió al ómnibus, una señora que le llamó la atención. Era rubia, colgaba de su hombro un bolso rojo, llevaba prendas de oro y un sombrero que solo le permitía ver unos lindos labios rojos. Enseñó un “Pase a bordo” y se sentó en uno de los últimos asientos. Le extrañó porque no era normal que a esa hora viajaran en autobús señoras solas, bien vestidas y con joyas, pero en el Mundo hay de todo. La señora se bajó en la última parada.

Al siguiente lunes y a la misma hora, volvió abordar el ómnibus, la señora del bolso rojo. Hizo el mismo recorrido y así lo hizo durante varias semanas hasta que una noche no apareció.

Al conductor del autobús no se le quitaba de la mente aquella misteriosa mujer y comenzó a indagar. Comenzó por el lugar donde terminaba el recorrido preguntando a las personas mayores que habían vivido toda su vida en esa zona. Un anciano le dijo que le sonaba de algo esa mujer, pero no recordaba de dónde. Luego comenzó a indagar en la zona donde ella cogía el transporte. Estaba cansado y entró en un bar a tomar una cerveza. El lugar era un local que servía de encuentro a actores, cantantes, poetas y escritores y sus paredes estaban llenas de imágenes de personas y lugares del ámbito cultural. Le llamó la atención la foto en blanco y negro de una señora con sombrero. Le preguntó al dependiente y éste le contestó que se trataba de la actriz Blanca Stirzo que él no la conoció porque cuando murió era un niño.

Al día siguiente entró en la Biblioteca Municipal y buscó información sobre la señora Stirzo. Cincuenta años antes, Blanca Stirzo era una cantante de ópera casada con un magnate del automóvil y dueño de todas las líneas de autobuses de la ciudad. El marido siempre la esperaba en un flamante Cadillac para llevarla a casa después de su actuación. Una noche salió y su esposo no estaba. Entró a la cafetería situada frente al teatro y se tomó varias copas de whisky. Era tarde y a esa hora apenas circulaban taxis. En ese momento pasó un ómnibus y se fue en él sin saber para donde iba. Al final del trayecto se bajó mareada. Al otro día su cadáver fue encontrado. Le habían dado varias puñaladas y despojada de todas sus valiosas prendas.

Marlon se quedó asombrado. ¡La había llevado, varias semanas, en su ómnibus!

 

Pcfa

 

 


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