ASESINATO
En
una bolsa llevaba el medio para asesinar a aquellos que le hacían la vida
imposible. Sabía que iba cometer un asesinato pero no aguantaba más. Ese día
iba a terminar con su calvario.
Todo comenzó cuando conoció aquella chica en
la playa y el quedó enamorado de ella al instante. Fue un flechazo de los que
van directo al corazón. Lo invitó a su casa. El barrio donde vivía tenía mala
fama por la cantidad de delincuentes que allí vivían. Pero pensó que no todos
son iguales. Los hay buenos y malos como en todas partes.La casa no era nada agradable. Sucia y desordenada. Su madre y hermanos parecen que estaban disgustados con el jabón. ¿Cómo podía vivir allí una joven que estaba perfumada y limpia como un crisol?
A los pocos días comenzaron los problemas. Los hermanos lo miraban de reojo y con mal carácter pero nunca le dirigían la palabra, sin embargo, había otros que hicieron acto de presencia y lo molestaban intencionadamente. Se lo dijo a su chica pero ella le respondió que no hiciera caso que esa situación las vivían muchos en el barrio.
Ahora era el momento. Sabía que tenía que terminar con ellos de alguna manera porque no tenía paciencia para soportar esas agresiones.
Llegó a la casa, se duchó, cenó y se situó junto a la ventana. Desde allí podía ver a todo los que pasaban rumbo al barrio de su amada. Esbozó una sonrisa y procedió.
Al día siguiente, nadie le molestaba, había
llevado a efecto el asesinato. No sentiría más la picazón en la cabeza. ¡HABÍA ACABADO CON LOS PIOJOS!
Autor: Pedro Celestino Fernandez Arregui