El Mando
Llevaba mucho tiempo con ellos y tenía vasta
experiencia pero era vieja y nadie le daba importancia a sus consejos. Pero así
y todo a sabiendas que no le daría importancia a su consejo, decidió decirle al
Jefe lo que pensaba de la nueva ubicación del edificio.
- Jefe,
construir ahí es una locura porque usted sabe...
- Cuando
tenga que pedir una opinión se la pediré al Consejo.
Estaba acostumbrado a eso y viró la espalda y
siguió transportando mercancía.
No llevaba
la cuenta de cuantas veces había recorrido eses camino con su carga y tampoco
llevaba la cuenta de las veces que se burlaban de ella. Pero no le importaba.
Sabía que tenía que trabajar!
Cuando estaba cerca del final del camino,
soltó su mercancía y se quedó perpleja. Triste, muy triste, comentó:
- Dios
mío! No quiso oírme. Ella también sabía que por ahí pasaba el elefante. Ha
aplastado nuestro hormiguero.