miércoles, 22 de marzo de 2017

El Hombre que Siempre Sonreía






                                              

                                             El Hombre que Siempre Sonreía


Dicen que Reynaldo Carpentier (Rey) siempre estaba sonriendo después que escuchó la sentencia del Juez. Pero quien era Reynaldo?

-Rey, vinieron unos militares y dijeron que tienes que presentarte mañana en el Juzgado para tu juicio.

      • Mirtha, no iré.
      • Estás loco?
      • Hasta ahora, a los que han llamado le ha salido pena de muerte o condenas de veinticinco y treinta años. Siempre me extrañó que nos dijeran que nos fuéramos tranquilo para la casa. Dime, que hicieron con el Japonés, Gallito y otros. Los jueces aceptan las declaraciones de esos asesinos, que cumplían cadena perpetua en el Presidio, contra los vigilantes. No, mi amor, lo siento por tí y los niños pero me voy.
      • Adonde irás que no te encuentren?
      • Veremos!


Cinco años después:

  • Arturo, se ha abierto una boca por allí! Tápala!
  • Este horno nos va a dar que hacer. Hay que estar alerta.
  • Yo creo que es por el tamaño. Tendremos unos cuantos sacos de carbón.
  • Rey, Que hacías antes?
  • Te voy a decir un secreto. Llevamos tiempo trabajando juntos y tenemos confianza uno en el otro. Era vigilante de Presidio. Pero tuve miedo y escapé. Luego me dijo la mujer que me habían condenado a muerte en rebeldía.
    Al siguiente día llegaba un todo terreno, con cuatro uniformados, al monte donde Reynaldo y Arturo hacían carbón.
    - Reynaldo Carpentier? Está usted detenido.

El juez revocó la sentencia de Pana de muerte y lo condena a treinta años de prisión por no haber testigos que declararan en su contra. Rey sonrió y siguió sonriendo cuando a los dos años le otorgaron la libertad condicional. Y siguió sonriendo hasta el final de su vida quince años después.