viernes, 19 de diciembre de 2014

Héroes







                                 Héroe





 Logró introducir sus manos por la ventana del auto sin conductor que pasaba frente a él y aferrarse al volante. Había visto la fila de niños, con sus uniformes escolar, atravesando la calle con sus alegrías y la inocencia del peligro que les acechaba. Le dolían las manos pero tenía que lograr desviarlo. Apenas sentía dolor en su cuerpo ensangrentado. No pudo más. Las manos septuagenarias de Jacinto soltaron el volante en el preciso momento del impacto con el árbol.
Abrió sus ojos. Niños y padres frente a él, con hermosos ramos de flores, contemplaban su última sonrisa.