lunes, 12 de septiembre de 2016

Tiburon











Tiburón



-No lo puedo ver pero se que está ahí. Sus afilados dientes están listos para clavarse en mi carne y desgarrar en pedazos. El destino nos tenía preparado este percance o fue casualidad? Es el destino lo que nos lleva a cualquier situación o son las coincidencia de varios factores? No podemos cambiar un escenario difícil por culpa de fatales casualidades? Llevo más de diez horas enfrentado a la muerte. El y yo, solos. Los dos deseando algo, él la muerte y yo la vida. Que mal hemos hecho? O es que el hambre puede enloquecer los sentidos de cualquier ser vivo? Acaso no hacemos lo mismo para subsistir? Tantos lugares y escogimos éste. Los restos de Bruno están en su estómago. No pensó que atacaría porque nunca lo habían hecho en esta zona. No sabía que las cosas no tienen que ser siempre igual y menos en los animales. Dispongo de menos de cuatro metros cuadrados del final de este destartalado muelle que amenaza con desplomarse. Tendría que nadar treinta metros para ponerme a salvo. Una distancia corta para pasear con un ser querido pero muy larga para escapar de esa bestia. Vuelve a embestir los pilotes que sostienen el tablado y se ha inclinado demasiado. Empuño el cuchillo dispuesto a ser un héroe u otra víctima. Voy cayendo al agua. Ahora comienza la batalla.

El inspector entró al pequeño apartamento. En la cama se encontraba con múltiples heridas, Miguel. A unos metros, en el suelo, se encontraba ensangrentado el cuerpo de Bruno.

- Jefe, he encontrado esto en la mesa de noche. - dijo un policía.

  • Lo suponía. Es una droga que enloquece a la gente. Se llama Tiburón.





Pedro Celestino Fernández Arregui