viernes, 27 de septiembre de 2019

Lo que puede el Amor




                         Lo que puede el amor



Todos los días, a la misma hora, se sentaba en aquella solitaria roca y se quedaba embelesado mirando al único árbol en aquella extensa sabana. Los caminantes lo saludaban y pasaban junto a él como si no hubieran pasado. Hay motivos para que una persona se abstraiga y renuncie al tiempo y el espacio en que está. Quizás el tuviera un motivo, pero nadie sabía cuál era.

Muchos años atrás, siendo un niño, se había enamorado de una alumna de su colegio rural. La hermosa niña era inteligente y el profesor la quería muchísimo. Sin embargo, mucho de sus compañeros la maltrataban psicológicamente convirtiendo su vida en una víctima de un acoso despiadado. No había día que ella no llegara a la casa llorando y él también. Sufría en silencio el abuso con aquella niña de rizos dorados que amaba tanto, pero no podía hacer nada contra aquellos que mostraban su fiereza y prepotencia como una manada de lobos hambrientos.

 Un día de mucha lluvia, la niña se refugió en un viejo establo abandonado a esperar que cesara de llover y poder seguir para su casa. Tres compañeros de ella llegaron al establo. Apenas la vieron comenzaron a reírse de su cabello mojado. Trató de abandonar el lugar, pero no la dejaron salir se abalanzaron sobre ella como fieras sedientas de sangre al mismo tiempo que él llegaba. Cogió un madero y golpeó con fuerza a los tres niños que quedaron ensangrentados en el suelo. La niña se había ido.

  Fue internado en un Centro de Reeducación de menores durante varios años. Cuando salió, convertido en un joven fuerte, preguntó en la zona por aquella niña que había amado en silencio y que deseaba encontrarla para declararle su amor.

  Desde entonces, lágrimas corren por sus mejillas, cuando todos los días se sienta en aquella roca a contemplar el árbol solitario donde aquella niña se quitó la vida.

(pcfa)




jueves, 26 de septiembre de 2019

Nos Amaremos Siempre (Poesía)



Nos amaremos siempre



Como la Vía Láctea, la noche se hace larga
y los días son gigantescos relojes de arena.
Mientras, en un barco navegan las penas
por un mar triste y de aguas amargas.

Recuerdo cuando nos vimos
allá en aquella tierra llena de promesas.
sin imaginar por un instante siquiera
el triste final que no quisimos.

Las mariposas vuelan de flor en flor
Como si danzara un vals de tristeza
Y aunque luzca los colores, su belleza,
Siento amargura, angustia y dolor.

No sé cuál de los dos llorará primero
de nuestra existencia, el último adiós
Solo sé, mi amor, que nunca faltó
una lágrima por ti, en mi desvelo.

Te puedo asegurar que allá donde iremos
Una vez mas nos vamos a encontrar
y entonces nos volveremos a amar.
Hasta la eternidad. ¡Nos amaremos!





Autor: Pedro Celestino Fernández Arregui










Amar




                                                  Amar



El pasado se desvanece, el presente se lo lleva el viento y el futuro está envuelto en niebla. Olvidamos cosas y otras nos obligan a olvidarlas y a creer en un pasado donde habitaban los malos sin darse cuenta que están entre nosotros con otra vestimenta. Aquellos buenos de antes quieren ser los buenos de ahora, pero son muchos los malos que llenan el presente y caminan desafiante hacia ese futuro oculto tras la niebla.

¿Cómo protegerse del viento que se lleva el presente? ¿Cómo disipar las nieblas del futuro? ¿Qué hacer para fijar el pasado con historia y sus enseñanzas?

Sólo la luz del amor es capaz de disipar la niebla. Sólo el amor, es capaz de solidificar el pasado y su historia y sólo el amor es capaz de hacernos feliz el presente.

pcfa

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Los Pobres




                                          Los Pobres


Un día, un joven campesino se encontraba descansando, sentado en el tronco de un árbol caído. Había limpiado de malas hierbas la siembra y el sudor le corría por la frente y le empapaba la camisa.

Estaba mirando fijamente al horizonte y pensando en su vida.  Había nacido pobre, seguiría pobre y moriría pobre, porque según él, el que nace para pobre, la pobreza se le viene encima.

No se había percatado en la llegada de un anciano que apoyado en un cayado, lo observaba fijamente.

–¡Perdona, señor! No lo había visto.

–¿Por qué esa tristeza?

–Señor, la vida es una basura. He nacido en un país pobre, de padres pobres y mis hijos serán pobres.

–No, hijo. No sabes lo que es ser pobre. ¿Crees que lo sabes?

–Pobres son esos que no tienen donde caerse muerto, no tienen ropa, ni comida y algunos sin techos.

–Esos no son pobres. Carecen de cosas, pero si son alegres, si disfrutan cada minuto de la vida, si saben sonreír, ayudar al prójimo y amar a la familia, esos no son pobres. Pobres son aquellos que no carecen de nada y están amargados, tristes, pensando en ganar mas dinero o pagar las deudas. Aquellos que en años no se comunica con su familia porque no tienen tiempo. ¡Esos, sí son pobres! Al igual que los países donde sus habitantes son felices por las mismas razones antes expuestas. Pobre no es el país que vive en la pobreza. Pobre es el país cuya ideología convierte en pobres a sus ciudadanos y los obliga a cometer locuras. Pobres fueron los alemanes que se vieron envueltos en la ideología del nazismo aún cuando era un país rico, pero esa ideología los llevó a la guerra. Eso es un ejemplo, joven. Hay miles de ejemplos donde se demuestra lo que te he dicho sobre la pobreza. Hay muchos como tú que serían felices por tener tu trabajo, tener tu familia y vivir con su mente libre.

El joven había escuchado atentamente al anciano, con su mirada fija en el suelo. Cuando no lo escuchó, levantó la vista y miró a su alrededor buscando al señor que tan amablemente le había dado una idea de lo que era ser pobre. Había desaparecido, pero sus palabras quedaron para siempre en su mente y a partir de ese momento fue un hombre feliz.



Autor: Pedro Celestino Fernández Arregui