jueves, 24 de octubre de 2019

Sorpresa Mortal




                               Sorpresa Mortal


Formaba parte de una oleada de emigrantes. La falta de alimentos lo obligaba a a buscar nuevos lugares, nuevo horizontes, junto con todos los demás. Muchos habían perecido en el camino, pero insistía ante todo, por el desarrollo y la supervivencia de su familia.

Durante la travesía habían sufrido ataques de verdaderas plagas que viven gracias a la muerte de otros. Se habían enfrentado a fuertes vientos y tormentas sin tener donde protegerse. Cuando tienes un objetivo en la vida tienes que ser fuerte y desafiar todos los obstáculos sino, no te traces una meta. Sin embargo, lo tenía muy claro. Llegaría al lugar que todos consideraban el paraíso.

Por el camino se encontró con uno que regresaba y no tardó en preguntarle por el lugar, las condiciones y los alimentos. Con los ojos humedecidos por el llanto les suplicó que regresaran. Aquello que ellos pensaban que era un paraíso es un lugar de muerte y aniquilación. Sabía que el valor y la voluntad eran necesarios cuando  te dispones a vivir en un lugar desconocido y ese pobre cobarde y arrepentido no tenía valor. ¡Era un derrotado en la vida!

Después de tantas vicisitudes llegaron al lugar. Les extrañó no ver a nadie cuando sintió gritos de terror. Ante sus ojos una docena, parecían crucificados, algunos trataban de moverse  y apenas lo lograban. Pensó que tenía que ayudar, al menos, a los que aún tenían vida. Habló con sus compañeros y después de un largo discurso donde resaltaba el compañerismo, la hermandad y la libertad, logró la aquiescencia. No hay nada más encendedor de ánimos y conciencia que una arenga  que convenza con la verdad y seas partícipe de aquello que decías. Todos los siguieron para no dejar perecer a los moribundos. Se precipitaron hacia donde estaban los agonizantes con suficiente fuerza para lograr el objetivo propuesto.

Todos quedaron pegados en la trampa para polilla.



Pedro Celestino Fernandez Arregui




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