Asesinato en el Cine
(Relatos
del Inspector Pelly)
Acudí al cine América para investigar un
asesinato. Se trataba de Leovigildo Magaña de treinta y cuatro años, de
complexión fuerte, moreno que vestía una camisa de cuadros y un pantalón
vaquero. Al parecer había muerto de un disparo en la nuca a quemarropa. Se suponía
que el asesino estaba sentado detrás de él y que usó una pistola con
silenciador aunque la película proyectada era “Río Grande” protagonizada por
John Wayne y donde abundaban los disparos.
El joven Magaña era hijo de un dependiente en
el único hotel del pueblo y se dedicaba a la compra y venta de tabaco en rama.
Tenía fama de ser mujeriego y aventurero, lo que me dio por pensar que se
trataba de un asesinato por celos. Averigüé que mantenía relaciones amorosas
con una joven llamada María, relaciones íntima con otra de dudosa reputación
llamada Gertrudis y se veía a escondidas con una mulata de nombre Bárbara.
María había tenido un novio que llegó a un
intento de suicidio cuando lo dejó por Leo, como le decían en el pueblo.
Gertrudis trabajaba en una discoteca situada a pocos metros del cine y tenía
muchos dispuestos a acostarse con ella aunque sabían su preferencia por Leo.
Bárbara era una mujer encantadora. Su cuerpo y su belleza, despertaba pasiones
entre los hombres. El problema de verse a escondida con ella era por el padre
de Baby, como la llamaban en el pueblo, pues su yerno era dueño de una empresa
de transporte por carretera. A Baby no le interesaba su dinero y el hombre que
le gustaba era Leo.
Luego
de muchos días recabando informaciones sobre las relaciones de las mencionadas
mujeres, con la taquillera del cine y las relaciones de trabajo de la víctima,
me encontraba en un punto cero, como llamo al momento en que te quedas en
blanco en una investigación.
Por lo que había indagado, Leo contaba con
muchos candidatos a quitarle la vida, pero ninguno de los conocidos, había
estado en el cine.
Dirigí mi investigación hacia el arma homicida.
¿Quién pudiera tener un motivo suficiente y dinero como para comprar un arma de
ese tipo? Tenía que ser alguien con dinero, pero ¿Iba a asistir a un cine un
día entre semana? Por lo general la gente con buen poder adquisitivo asistían a
obras de teatro en la capital de provincia. Además la taquillera no había visto
esa noche, a ninguno de ellos. ¿Y si fue utilizado un sicario para cometer el
asesinato?
Solicité a la Dependencia Provincial, me
enviaran a un ayudante y le ordené visitar los bares del pueblo en busca de alguien
dispuesto a realizar un “trabajito” y así obtener informaciones que pudieran
llevarme a un posible sicario.
A los pocos días de haber llegado el colega
teníamos a un sospechoso. Se trataba de Félix Guzmán más conocido por “el
Tuerto” aunque en realidad lo que tenía era un párpado un poco caído. Mi
ayudante le enseñó un sobre grande lleno de paquetes de cien pesos cada uno.
Tenía que matar a un supuesto enemigo, pero no sabía si confiar en él.
Necesitaba saber que era un sicario competente. Al parecer vio herida su
reputación y dijo furioso: “ Sabes quién mató a Leo y nadie supo nada? Pues a
Leo lo maté yo” Teníamos al asesino pero nos faltaba saber quién era el autor
intelectual. Mi amigo había grabado la conversación con el sicario por medio de
la pequeña grabadora que llevaba en el sobre con el dinero. Le adelantó uno de
esos fajos y le dijo que iba a necesitar una pistola con silenciador y que
tenía que ser ese mismo día. En cuanto tuviera el arma que le avisara. Le dio
el número de teléfono del hotel donde se hospedaba.
La
jefatura provincial me envió tres agentes vestidos de civil para poder
controlar todos los movimientos de “El Tuerto”.
Al
anochecer, Guzmán salió de su casa directo a la vivienda del novio de Baby.
Pocos minutos después, la policía entraba en la casa de Orlando Cowel y detenía
a ambos. Después del registro se encontró el arma homicida.
El
señor Cowel declaró que estaba muy enamorado de Baby. No podía soportar que
amara a otro. Sufría viendo como Leo quería arrebatarle el amor de su vida.
Contrató al Tuerto para que lo eliminara.
Ambos
fueron condenados a largos años de prisión.
Inspector
Pelly
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