domingo, 21 de noviembre de 2021

La Prisa por lo del Moro


 

                                                  LA PRISA POR LO DEL MORO

   Hace muchos años, en un lugar de Andalucía, tres amigos estaban de cacería cuando de pronto los tres disparan a una liebre que les había salido en medio del camino. La liebre, herida, se escondió entre unos espesos matorrales. Con mucha dificultad estuvieron buscando al animal entre aquella vegetación espesa cuando uno de ellos encuentra una figura de barro. La figura representaba el esqueleto de un pirata con una mano extendida. En realidad era un esqueleto pintado de blanco sobre una figura de barro previamente pintada de negro. Examinaron aquella extraña figura y descubrieron que en la espalda tenía un escrito en árabe que anotó uno de ellos en una pequeña libreta, mientras otro le tomó varias fotos.

   Los tres se sentaron junto a aquella curiosa y misteriosa estatua. Se preguntaban que iban hacer con ella. Uno decía que a lo mejor le daban dinero por ella, otro que no daban nada, porque si era histórico o tenía algún valor arqueológico, pertenecía al Estado. Al final acordaron dejarla donde estaba mientras pensaban que harían con él.

   Paco, uno de los tres cazadores llevó el escrito a un amigo que sabía árabe. Cuando le dijeron lo que quería decir, no lo pensó más y se dirigió a la estatua. La inscripción decía: “Donde señala la mano del moro, está el tesoro”. Sin pensarlo comenzó a limpiar toda la zona para donde señalaba la mano y luego comenzó a excavar. Excavó un día, dos, tres y al cuarto día estaba cansado, muy cansado y no aparecía el tesoro. De pronto se levantó y con tremenda ira la emprendió a golpes con un madero a la indefensa estatua hasta que la rajó y se desmoronó en pedazos. En su interior había monedas de platas que salieron despedidas en todas las direcciones. Con alegría recogió las monedas para repartirla entre sus otros dos compañeros, pero primero fue a una tienda numismática. Le dijeron que estaban en muy malas condiciones que no eran coleccionables y que su valor en plata podría equivaler a unos trescientos dólares.

   Cuando llegó a su casa le dijeron que uno de sus amigos cazadores lo esperaba en el bar con su compañero. Se fue directamente al Bar y pidió una cerveza para cada uno.

   –Tengo buenas noticias –les dijo a sus compañeros

   –Mi noticia va a ser mejor que la tuya- dijo uno

   –No lo creo. El moro nos ha dado varias monedas de platas y según la tienda tocaremos a unos cien dólares cada uno.

   –No te voy a preguntar como el Moro te dio esas monedas, pero si te voy a decir que ahora mismo vamos a buscarlo pues se trata de una pieza robada de un coleccionista millonario de Londres y da de recompensa más de tres millones de dólares.

   No quieran ustedes haber visto la cara del cazador que hizo polvo al Moro.

   Moraleja: Lo que ganar puedes, con la violencia lo pierdes.

Pcfa

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