sábado, 27 de noviembre de 2021

El Pájaro Negro


 

                                           EL PAJARO NEGRO

Existe en el Mundo muchos pájaros negros, pero hoy les voy a contar una historia de un pájaro negro extraño.

Cerca de Caibarién, en la antigua provincia de Las Villas, en Cuba, vivía Teodoro Martorell. Dicen que era Puerto de Sóller, en Mallorca y otros, que era de Calella de Palafrugell, pueblo costero de Cataluña y que según cuentan, en él se inspiró Joan Manuel Serrat para componer su canción “Mediterráneo”.

Teodoro vivía sólo en un rancho “vara en tierra”, El Varentierra no tiene horcones ni paredes, sólo un techo de dos aguas o aleros, de yagua o guano, que descansan en el suelo en forma de un ángulo, como si fuese el techo o caballete de una casa sobre la tierra, a modo de naipe doblado por el medio y puesto bocabajo, sin más respiradero que la puerta de enfrente. Se construía en el campo, donde no había montañas con cuevas, para protegerse de los vientos de los huracanes. Su forma de construcción no permite estar mucho tiempo en su interior, pero el señor Martorell sólo lo utilizaba para dormir y guardar sus escasas pertenencias. Cocinaba al aire libre y para los días lluviosos siempre tenía guardada carnes de jutías, cabras, vacas o pescado salados y puestas al Sol.

Un día salió de su rancho y en un poste cercano estaba un pájaro negro que le parecía un Mirlo, sin embargo sabía que en Cuba existían otros parecidos como el totí (Dives atroviolaceus) y el Judío (Crotophaga ani), pero no Mirlo. El pájaro no se movió de donde estaba cuando pasó cerca de él para coger su bote y salir a pescar.

Cuando regresó, el pájaro no estaba. La escena se repitió todos los días durante mucho tiempo, excepto cuando había ciclones.

Cierto día salió a pescar y se sorprendió no ver a su amigo. Miro por todas partes y no lo vio, pensó que pudo haber muerto. El mar estaba en calma y ya había hecho una buena pesca. Se disponía a volver a tierra cuando de repente se formó un gran remolino, o sea, un tornado de grandes dimensiones que se dirigía hacia él. Comenzó a remar con toda su fuerza, sin embargo. Cada vez estaba más cerca el fenómeno natural. Se acostó boca abajo, en el fondo de la embarcación, esperando lo peor. Sintió como era absorbido por aquella terrible tromba y daba vueltas sobre un eje imaginario. Después de largo tiempo de angustia, sintió que descendía suavemente. El viento había cesado y se incorporó. No se veía tierra por ninguna parte. El único recurso a su disposición consistía en la situación del Sol que rápidamente se escondía en el mar. Luego comenzó a guiarse por las estrellas y por mucho remar, no divisaba ninguna luz. Toda la noche remando y nada. Llegó el día y no tenía fuerza ni siquiera para sostener los remos que cayeron al mar. Recostado a la borda del bote, extenuado, se le apareció en la mente el pájaro negro. Sabía que era una alucinación y sonrió cuando el pájaro dejó caer un papel escrito.

El bote de Martorell fue encontrado en la arena de una pequeña playa, pero él no estaba. Solo encontraron un papel que decía: “La costa está a tu espalda. El Pájaro Negro”

 

Pcfa

 

 

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