EL PAJARO
NEGRO
Existe
en el Mundo muchos pájaros negros, pero hoy les voy a contar una historia de un
pájaro negro extraño.
Cerca
de Caibarién, en la antigua provincia de Las Villas, en Cuba, vivía Teodoro
Martorell. Dicen que era Puerto de Sóller, en Mallorca y otros, que era de Calella
de Palafrugell, pueblo costero de Cataluña y que según cuentan, en él se
inspiró Joan Manuel Serrat para componer su canción “Mediterráneo”.
Teodoro
vivía sólo en un rancho “vara en tierra”, El Varentierra no tiene horcones ni
paredes, sólo un techo de dos aguas o aleros, de yagua o guano, que descansan
en el suelo en forma de un ángulo, como si fuese el techo o caballete de una
casa sobre la tierra, a modo de naipe doblado por el medio y puesto bocabajo,
sin más respiradero que la puerta de enfrente. Se construía en el campo, donde
no había montañas con cuevas, para protegerse de los vientos de los huracanes.
Su forma de construcción no permite estar mucho tiempo en su interior, pero el
señor Martorell sólo lo utilizaba para dormir y guardar sus escasas
pertenencias. Cocinaba al aire libre y para los días lluviosos siempre tenía
guardada carnes de jutías, cabras, vacas o pescado salados y puestas al Sol.
Un
día salió de su rancho y en un poste cercano estaba un pájaro negro que le
parecía un Mirlo, sin embargo sabía que en Cuba existían otros parecidos como
el totí (Dives atroviolaceus) y el Judío (Crotophaga ani), pero no Mirlo. El
pájaro no se movió de donde estaba cuando pasó cerca de él para coger su bote y
salir a pescar.
Cuando
regresó, el pájaro no estaba. La escena se repitió todos los días durante mucho
tiempo, excepto cuando había ciclones.
Cierto
día salió a pescar y se sorprendió no ver a su amigo. Miro por todas partes y
no lo vio, pensó que pudo haber muerto. El mar estaba en calma y ya había hecho
una buena pesca. Se disponía a volver a tierra cuando de repente se formó un
gran remolino, o sea, un tornado de grandes dimensiones que se dirigía hacia
él. Comenzó a remar con toda su fuerza, sin embargo. Cada vez estaba más cerca
el fenómeno natural. Se acostó boca abajo, en el fondo de la embarcación,
esperando lo peor. Sintió como era absorbido por aquella terrible tromba y daba
vueltas sobre un eje imaginario. Después de largo tiempo de angustia, sintió
que descendía suavemente. El viento había cesado y se incorporó. No se veía
tierra por ninguna parte. El único recurso a su disposición consistía en la
situación del Sol que rápidamente se escondía en el mar. Luego comenzó a guiarse
por las estrellas y por mucho remar, no divisaba ninguna luz. Toda la noche
remando y nada. Llegó el día y no tenía fuerza ni siquiera para sostener los
remos que cayeron al mar. Recostado a la borda del bote, extenuado, se le
apareció en la mente el pájaro negro. Sabía que era una alucinación y sonrió
cuando el pájaro dejó caer un papel escrito.
El
bote de Martorell fue encontrado en la arena de una pequeña playa, pero él no
estaba. Solo encontraron un papel que decía: “La costa está a tu espalda. El
Pájaro Negro”
Pcfa
No hay comentarios:
Publicar un comentario