El Grillo y sus Vecinos
Como todas las noches del verano, el
grillo se ponía elegante y se echaba colonia por todo el cuerpo, tomaba su
violín y se iba para la zona menos transitada por esos seres que llamaba
humanos. Se recostaba a una hermosa planta de hojas deliciosas y sacaba su
violín para de inmediato interpretar las melodías ideales para una temperatura
agradable.
A sus vecinos les molestaba y entonces se
podía escuchar a la rana decir, “¡Otra vez el grillo! me espantará los
mosquitos y no podré comer”, el ratón exclamaba, “¡Oh, Dios mío! ¿Por qué no te
llevas al grillo para otra parte? Y una lagartija nocturna también protestaba
por la actuación del grillo.
Esta repulsa que sentía por sus vecinos,
lo ponía triste y se iba desconsolado para su madriguera. Tanto incidió en él
que una noche decidió no ir a tocar el violín mas nunca, pero entonces sucedió
algo extraordinario. Como en un cuento fantástico se le apareció un hada en
forma de mariposa.
– No te apenes, señor grillo, te voy
a dar el don de interpretar hermosas melodías y verás como todos se quedaran
con la boca abierta al escucharte.
El hada se fue y se puso a pensar “¿Será
verdad? No pierdo nada con probar”. Cogió el violín y se presentó en el mismo lugar. Comenzó a tocar y salieron la
rana, el lagarto y el ratón con la idea de protestar, pero al escuchar la
maravillosa interpretación, se quedaron embelesados. Entonces, ocurrió una
tragedia. Aprovechando el estado en que se encontraba, se acercó una serpiente
y se comió el ratón, una lechuza se comió el lagarto y un búho se comió la
rana.
El grillo se fue contento para su casa,
orgulloso de haber dejado complacido a todo el mundo sin saber lo ocurrido.
Moraleja: A veces es necesario molestar
para despertar los instintos y no adormecer a los demás con cosas que los hagan
perder su espíritu.
Pcfa
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