Tibi
y su Colmena
En un lugar de un país llamado Australia,
existían varias colmenas, que son las casitas donde las abejas hacen sus
panales con la rica miel tan gustadas por niños y adultos. Además, la miel de
abeja es muy saludable. En una de esas colmenas vivía Tibi, una abejita muy
simpática, disciplinada y trabajadora como debemos ser todo. Esta abeja
utilizaba la misma ropa como la mayoría de las demás, o sea, un lindo traje con
rayas oscuras y amarillas transversales. Algunas de sus compañeras decían que
sus colores eran muy brillantes y es que a Tibi la querían todas. Era amable,
cortés, alegre y siempre haciendo cosas. En ocasiones encontraba néctar que
nadie encontraba y por eso la calidad y el sabor de la miel producida en esa
colmena era muy apreciada.
Un día, volando en busca de néctar, sintió
un aroma distinto y se dirigió al lugar. Era una extraña planta a la cual le
salían una especie de tentáculos de su fino tallo que terminaban en especie de
un cucharon con una tapa abierta. Se asomó y bajó para ver la calidad de su
néctar y de pronto la tapa se cerró impidiendo su salida. ¡Había quedado
atrapada! Pidió auxilio hasta ser escuchada por sus colegas que trabajaban
cerca. Trataron de levantar la “tapa”, pero les era imposible. Todas estaban
nerviosa. No sabían que hacer y cada minuto que pasaba, se le agotaban las
fuerzas y temían que cayera en aquel líquido viscoso. Cuando todo parecía
perdido, llegó la abeja considerada por todos como alegre y juguetona. Esta
abeja era trabajadora como todas, pero siempre hacía chiste y gastaba bromas a
sus amigas, pero eso sí, era muy
inteligente. Observó la situación y el rostro triste de sus compañeras e
inmediatamente se dio cuenta que Tibi había sido víctima de una planta caníbal
del Género Nephentes, conocida como Planta Jarra o Copa de Mono que se alimenta
de insectos y se le ocurrió una
excelente idea. Se dirigió al lugar de donde salía ese macabro tentáculo del
tallo y rozando sus alas en ese lugar, la planta comenzó a temblar y la trampa
se fue abriendo dejando salir a Tibis. Una vez libre y estando en la colmena,
todos se pusieron contentos y felicitaron a la graciosa abeja que había salvado
a su amiga haciéndole cosquillas a la Planta Jarra.
Nunca debemos perder el optimismo y la
esperanza.
Pcfa
No hay comentarios:
Publicar un comentario