Cuando la Burla Suena y el Intelecto Calla
Solía pasear por las márgenes de aquel riachuelo. Al llegar a la pequeña cascada, se sen-taba en el tronco de una palma derribada y allí, con su filarmónica, producía melodías
preciosas. No hay mejor inspiración que observar un pequeño salto de agua en un
río sin importancia, rodeado de árboles y acompañado por el canto de los
pájaros. Es la magia de la naturaleza que convierte lo simple en algo
fantástico. Una sinfonía mágica de la mezcla de sonidos, sensibiliza el alma y
encanta al corazón.
Sus pies descalzos, los pantalones rotos, la
camisa desabrochada y su cabello largo revuelto, los exhibía por las calles de
su pueblo mientras interpretaba las melodías surgidas junto al arroyo. Las
burlas no faltaban y las risas explotaban cuando él, con furia desafiante, se
agarraba el pantalón entre sus piernas para luego comenzar a correr calle
abajo.Un día, un productor musical extranjero, puso atención a la melodía que interpretaba el joven y lo siguió pensando que iba para su casa. El joven como siempre fue para el río y repitió lo que día tras día hacía sin saber que lo estaban grabando.
Años después, los habitantes del pueblo
escuchaban en sus radios y los traganíqueles de los bares, una música contagiosa
interpretada por un famoso cantante. En todos los discos rezaba: autor
desconocido; sin darse cuenta que esa música la llevaba interpretando hacía
años un joven que se extasiaba observando la cascada.
(pcfa)
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