Jazmin
De Amacayacu a Santa Marta
De Buena Ventura hasta Atabapo
Solo he visto un jazmín, como no he visto alguno.
Las orquídeas se sorprenden ante tanta belleza
Y el cóndor vuela hasta una cima para disfrutar de ella.
La guacamaya y el tucancito bailan al ritmo de la carraca,
Del tiple y de la marrana un pasillo violao o tradicional
Mientras, lindas colombianas con sus vestidos de colores
Van por el llano y el monte buscando al hermoso jazmin.
Llega el caminante, forastero amante del ron y el café
Le han hablado de orquídeas, petunias, las rosas y el
copihue,
Pero hay una fragancia que le ha llegado a través del mar
que el extranjero no puede encontrar.
Ha recorrido los picos de Sierra Nevada,
Los ríos Cauca, Magdalena, Orinoco y Sinú.
Ha descansado junto a la laguna de Iguaque
Y navegado por toda la orilla del lago de Tota.
Hasta que una voz le dijo: “Eres tú.
No busques el jazmín que puede ser tu corazón,
Puede ser tu alma en una flor.
Y así, aquel forastero volvió al mar
Y sembró su propio jazmín.
Desde entonces esa flor, es su amor.
PCFA
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