lunes, 7 de diciembre de 2020

El Hombre, el Plomo y la Piedad


 

                     El Hombre, el Plomo y la Piedad

 

Aquel hombre, junto a un grupo de soldados, llevaba días resistiendo el asedio del enemigo. El pueblo estaba destruido, la comida escaseaba y el agua tenían que buscarla al arroyo que pasaba frente a ellos, pero el espacio que los separaba, barrido constantemente por la metralla del enemigo.

En un sótano, varios civiles rezaban porque aquel martirio terminara, entre ellos una niña de unos tres años y su gatico Tobi.

El hombre miraba aquella escena, en los momentos de calma, y le venía a la mente su niña. Ella estaría a esas horas esperándolo con su gatico en brazos.

Aquella mañana el cielo estaba nublado y los disparos de los cañones eran pausados. De  vez en cuando se intercambiaban algunos disparos y ráfagas de ametralladoras.

De pronto el hombre vio como el gatico se desprendió de los brazos de la niña y salió fuera del refugio en dirección al arroyo. La niña inmediatamente salió corriendo detrás de él. Comenzaron a gritarle a la niña para que regresara y fue entonces cuando aquel hombre salió en su búsqueda. Varios disparos salieron del enemigo mientras la niña se agachaba a recoger a su mascota. El hombre llegó a ellos en el momento en que una bala lo derribaba al suelo. Los disparos cesaron. El hombre, con mucha dificultad se pudo levantar y cogiendo a la niña por un brazo comenzó a andar hacia el refugio, todo se le nublaba la vista mientras la niña en su inocencia acariciaba con cariño al animal. Estaba claro que el hombre caería en cualquier momento, bien por su gravedad o por un disparo de un francotirador enemigo, pero lo cierto fue que salieron soldados de ambos grupos rivales y ayudaron al hombre y a la niña a llegar a su posición, luego los soldados se saludaron y cada uno volvió a su trinchera.

Dicen que ese día no hubo mas disparos. La niña con su gatico observaba como enterraban a aquel hombre que no conocía.

 

Pcfa

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario