sábado, 23 de noviembre de 2019

Goliath, el Conejo Gigante




              Goliath, el Conejo Gigante

                                         (Cuento para niños)


–Abuelo me gusta ese conejo.

–Ese conejo tiene su historia. Ven vamos a sentarnos aquí y te lo contaré.

–En un lugar de Europa, donde habitan muchos conejos, vivía una familia de estos mamíferos, entre ellos, Goliath.  Así lo llamaban porque era un conejo gigante, muy grande, tanto como una gran liebre. La liebre y el conejo son parecidos, aunque muchas personas, sobre todo los cazadores, no los confunden porque saben que las liebres tienen las orejas inmensas, sus extremidades traseras mas largas, sus huellas son en formas de L y la de los conejos en forma de Y, la liebre huye y puede alcanzar una velocidad de  treinta o cuarenta kilómetros por hora mientras el conejo se esconde en túneles que cavan en la tierra. Una mañana llegó corriendo uno de ellos y les avisó que se acercaban cazadores con sus perros. Todos corrieron a refugiarse en sus madrigueras. A Goliath le era difícil esconderse por su tamaño, pero era un conejo muy inteligente y valiente. Corrió hacia un arroyuelo cercano, se embadurnó de barro y se puso, como si fuera una pelota, encima de unas de las piedras que sobresalían del agua. Además, se ató a sus patas ramos de  hinojo para despistar al olfato de los perros. Su astucia había dado resultado ¡No lo descubrieron! Pero de pronto los perros descubren a un pequeño conejito entre unos matorrales que no le había dado tiempo introducirse en el refugio. El conejito temblaba y los cazadores venían a por él. Los perros ladraban y ladraban y él se ponía más nervioso. Goliath veía todo y sentía lástima, sabiendo que tarde o temprano lo atraparían. Entonces, salió disparado y corrió frente a los perros. Éstos al verlo corrieron detrás de él, dando la oportunidad al asustado animalito a que pudiera llegar a su guarida. Pasó el tiempo y Goliath no regresaba, Nadie supo nada de él. No se sabe si tuvo que correr tanto que se perdió o quién sabe.

                       –Pueden haberlo capturado los perros, abuelo.

–No, no lo creo. Era muy astuto. Eso sí, te digo que ojalá hubieran muchos Goliath en el Mundo.

–¿ Por qué le hacen esto aquí?

–Resulta que unos trabajadores de este jardín, maestros del arte topiario, estaban de vacaciones en ese país y vieron como de forma natural, con plantas y flores, se había formado la figura de un conejo.

–¡Perdón, abuelo! ¿Qué es el arte topiario?

–Es como una poda ornamental a lo que se les da forma a las plantas. Esos señores le tomaron fotos y cuando llegaron aquí hicieron ese trabajo que estás viendo. Ellos no sabían que le estaban haciendo un homenaje a Goliath, el conejo gigante.

Pedro Celestino Fernandez Arreguiu






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