WILLY Y EL
CANGURO
—John, por favor, despierta al niño
mientras preparo el desayuno.
—Despiertaaa. Vamos Willy que hay que
ir para la escuela—dijo con voz suave y dulce.
—Papá, anoche volví a soñar con el
canguro.
—¿Y
qué sueñas?
—Pues
conversa conmigo. Me dice que su país es lindo y que quisiera llevarme un día
para conocerlo y para que vea como vive su familia.
—Muy interesante. Cuando vengas de la
escuela me sigues contando las conversaciones con él. ¿De acuerdo?
Por la noche al acostarse
volvieron a conversar sobre el canguro.
A la mañana siguiente, John fue a levantar
al niño y vio con sorpresa que no estaba en su habitación. Buscaron por toda la
casa y el niño no estaba. Llamaron a la policía, vinieron y llevaron a efecto
el protocolo establecido para estos casos.
Los días pasaban y no había noticias de
Willy. Los padres desesperados pusieron fotos por todas partes, llamaron a los
medios de difusión e incluso acudieron a ONG, Organizaciones Internacionales y
asociaciones de familias con hijos desaparecidos. La tristeza y el dolor se
había apoderado de los padres al ver que pasaban los meses y no había noticias
de su hijo.
Un
día unos científicos que estudiaban la vida de los canguros quedaron sorprendidos
cuando vieron a un niño en la bolsa de un canguro. Se pusieron en contacto con
las autoridades de la Reserva y lograron con una malla y luego con un dardo
rescatar al niño. Las autoridades
pudieron percatarse que el niño era Willy McKane, el niño desaparecido en
Inglaterra.
Cuando
los padres se encontraron con su hijo le preguntaron cómo había llegado allí, encogiéndose
de hombros, respondió: NO SÉ.
Pcfa
Imagen de Siggy Nowak en Pixabay
No hay comentarios:
Publicar un comentario