EL OBJETIVO
Sabía
que era difícil lo que pensaba hacer, pero nada lo amedrentaría. No le
importaba el duro camino a recorrer, la inclemencia del tiempo ni los
obstáculos que se le aparecieran. Allí en su trinchera había dejado el fusil.
Quizás lo fusilarían por desertor, pero por eso, no podía detenerse hasta
alcanzar su objetivo.
Había
recorrido muchos kilómetros, ocultándose de todos, apartándose de caminos y
carreteras, cruzando pantanos y ríos con fuertes corrientes, calándose sus
huesos de frío bajo lluvia, pero había recorrido la mitad del camino.
– ¡Alto!
– Escuchó a sus espaldas y quedó helado
– ¡Identifíquese!
Dos
soldados se le acercaron y revisaron su identificación. Uno de los militares era
una mujer joven y el otro un señor de unos cincuenta años. Le dijeron que lo
llevarían al campamento para que fuera enviado a su Unidad. Con lágrimas en los
ojos pidió que le dejaran contar su historia.
– Cuando
apenas tenía catorce años, me enamoré de una joven de mi edad. Éramos menores y
no permitían que contrajéramos matrimonio, así que esperamos cumplir la mayoría
de edad para casarnos y vino la guerra. Fui reclutado y enviado al frente. Nos
escribíamos y esperábamos con ansias que esta desgracia que está ocurriendo se
terminara para encontrarnos y efectuar la boda. Hace unos días, su madre me
escribió contándome que ella estaba muy mal. Tiene cáncer y no va a durar
mucho. No lo pensé mucho y emprendí el camino para estar con ella sus últimos
días. Esta es la carta. – Le entregó una lata de picadura de tabaco– Está en el
interior.
Los
soldados leyeron la carta y después abrazaron al joven.
– ¡Suerte!
No te hemos visto. Cumple tu objetivo.
Llegó
de madrugada a la casa de su novia. Tenía los ojos cerrados y los abrió cuando
él le tomó la mano. Ella sonrió y entonces el la besó suavemente. Fue el último
beso y en sus labios había quedado una linda sonrisa.
Pcfa
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