miércoles, 17 de noviembre de 2021

Amistad


 

                                                         AMISTAD

 

Aquel día llovía torrencialmente y el agua, como una bestia bravía, se salía de su cauce en aquel arroyo arrastrando ramas, troncos y todo lo que podía.

Molombo estaba nervioso. El agua comenzaba a llegar a la aldea y algunos vecinos se apresuraban en recoger sus pocas pertenencias envueltas en sábanas y marcharse a lugares altos.

En eso, un animalito desesperadamente trataba de no ser arrastrado por la corriente y Molombo sin pensarlo dos veces y luchando contra la corriente, logró rescatarlo y llevarlo consigo, fuera de la aldea. Se trataba de un cachorro de Onza con pocos días de nacido. Lo abrigó como pudo, le dio leche de cabra y lo llevó a la aldea una vez el peligro hubo pasado. Todos adoraban al pequeño Kalu, nombre que le pusieron.

Un día, todos notaron la ausencia de Kalu. ¡Había desaparecido! Era normal, los animales salvajes necesitan la selva como el hombre necesita amor.

Una noche, todos sintieron miedo cuando vieron los ojos brillantes de dos felinos en el medio de la aldea. Molombo se levantó y su corazón le decía que uno de ellos tenía que ser Kalu y se fue acercando lentamente. Uno de los felinos fue a su encuentro y le puso sus patas delanteras en el pecho. Mientras las rudas manos de Molombo acariciaban su cabeza. Luego se marchó con su compañera.

Los aldeanos que habían presenciado todo, salieron de sus chozas y rodearon a Molombo, contentos, llenos de alegría.

Los meses transcurrieron alternándose los periodos de lluvias y de secas. Molombo y dos amigos fueron al río a pescar. La sequía había diezmado la alimentación de los animales y estos eran mas peligrosos que nunca. Estando entretenidos en la labor, un leon hambriento atacó sorpresivamente a los hombres indefensos. Con una larga vara Molombo comenzó a golpear al felino que se puso muy feroz contra él, mientras los otros tuvieron la oportunidad de escapar. Las garras y los grandes colmillos del leon perforaban su cuerpo y le hacían daño, hasta que perdió el conocimiento.

Los aldeanos en su mayoría, alertados por los dos pescadores y armados con flechas y lanzas fueron a defender a Molombo, pero al llegar al lugar, no estaba su cuerpo. Fueron momentos muy tristes para la aldea. Esa noche los tambores sonaban aclamando a los Dioses por la entrada del desaparecido al Reino de los cielos.

Seis meses después, casi al ponerse el Sol un hombre cojeando y apoyado en una vara se acercaba a la aldea. ¡No se lo podían creer! ¡Era Molombo!

Según me contaron cuando recobró el conocimiento, tenía a su lado a Kalu y el cadáver de otra Onza. Las dos al parecer, habían logrado ahuyentar a los leones. El felino le traía alimentos y le pasaba su lengua por las heridas.

Dicen que esa noche reinó la alegría en la aldea y bailaron hasta el amanecer, pero solo bebieron café, el néctar negro que adoraban los Dioses.

 

 

Pcfa

 

 

 

 

 

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