Mal Terrible
Desear ser
comprendido, querido… en vano.
Querer correr, saltar,
bailar o aunque sea hablar
Para que nos escuchen,
para escuchar
Y ser parte de todos
como un humano.
Sentir la tristeza que
acompaña el dolor
En todo el cuerpo y
sobre ellos sonreír
Cuando en realidad
deseas llorar.
Saber que aunque te
alimentes de ilusión
Aunque te aferres a la
voluntad, es igual.
No hay retorno en el
mar de la vida
El viento siempre sopla
por popa,
Te empuja para llevarte
al final.
El dolor en el alma que también duele
Quizás mucho más que el
dolor físico.
Ese dolor causado por
la incomprensión
Y a veces hasta la
burla de tu situación.
Te apartas, te
arrinconas, te alejas.
No hay más que hacer.
Poco a poco
Te vas volviendo
invisible hasta desaparecer.
¡Oremos por los
enfermos de Parkinson!
Comprenderlos,
ayudarlos, amarlos.
¡Es lo único que
podemos hacer!
Pedro Celestino Fernandez Arregui
Tal vez con la ayuda de Dios podamos hacer algo màs. Hermosa poesìa. Me gusta para incluirla en mi comunidad Mi nuevo amanecer,si me la compartes para ello. Gracias por compartir.
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