miércoles, 11 de mayo de 2016

Diálogo Transcendental


                                    
                                        Diálogo Trascendental



— ¡Hola! Como siempre, estarás detrás de los demás.

— ¿Y tú, no?

— Yo trato de que la gente entienda mi importancia pero no le hago daño a nadie.

— ¿Te lo crees? Cuanta gente por tu culpa han perdido un amor, una amistad, un trabajo y la vida.

— No me hables de perder la vida

— Hay gente que me llama y los complazco. ¡Hago muchos favores!

— ¿Le llamas favor a convertir a alguien en un cadáver?

— Yo no convierto nada. Todo llega cuando tiene que llegar.

— ¿Ves aquel anciano? Tiene noventa años, una enfermedad incurable y está rodeado de soledad y lleno de vacío. Tú has tenido la culpa de gran parte de su situación y yo le haré un favor.

— ¿Tengo culpa?

— Sí, has estado mucho con él, su enfermedad también es tu responsabilidad porque no tenía que dejarlo fumar durante años.

— Pero tú no puedes hablarme así. ¿Qué sucedió con el niño inocente que atropelló un coche?  No escuchaste los lamentos de su madre y las plegarias a Dios.  ¿Dónde estaba cuando aquel infeliz lo estaban torturando y te llamaba desesperadamente?

— No hay forma de entendernos. Contigo no hay quien pueda, Tiempo.

— Y tú siempre ganas, Muerte.



 Pedro Celestino Fernandez Arregui

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